Por qué las buenas personas sufren tanto mientras que los malvados son tan felices?

Mucha gente se pregunta por qué a las buenas personas les pasan tantas desgracias mientras que los malvados se zafan con todo. Qué sentido tiene? Vamos al grano!

Yo siempre traté de ser buena persona. No siento envidia ni celos y no le deseo el mal a nadie. Pero ser buena persona me causó muchas penas y me costó dinero. Mi error más grande era creer, que todos son como yo, es decir, asumir, que todo el mundo es tan bueno y hace las cosas por las razones justas. A pesar de que el universo se esforzó un montón para quitarme la venda de mis ojos y demostarme todo lo contrario, no fue hasta el año pasado – verano 2022 – que aprendí mi lección y dejé de ser «tontamente» bondadosa: por ser buena persona que sólo quiso ayudar a un animal perdido en la calle, me llevé arañazos de pintura en mi coche y encima la bronca del dueño del perro, que sostuvo que era mi culpa que su perro causo dicho daño con sus garras. El dueño del animal – un perro listado – se negó a pagarme el daño, unos 600€, y me dió un nombre falso para que no pueda reclamarlo tampoco. Quizá hubiera preferido que le hubieran atropellado a su perro. Este malagradecido me cambió mi actitud por completo ya que empezé a entender que ser demasiada bondadosa no sirve de nada ante gente tóxica, falsa y mala!

Pero, por qué hay tanta injusticia? Por qué parece que las buenas personas están siendo castigadas por ser buenos? Lamentablemente, hay que aceptar el hecho de que la vida es injusta. En el plano terrenal no existe la justicia ya que los valores y conceptos del «bien» y del «mal» son determindados por los seres humanos. Vivimos en un mundo de la dualidad, es decir que existe lo bueno y lo malo, la luz y la sombra, los demonios y los ángeles.

Ser buena persona implica no hacer daño a nadie y sólo ocuparse de su vida y sus metas. Cuando sos buena persona, no sientes odio, envidia, celos o desdén hacía otras personas ya que tenés un corazón puro y una fuerte conexión con dios, tu espíritu, tu interior. Paradójicamente, justamente debido a estas características, debido a tu luz y tu brillo atraes a los malvados como la luz a las polillas.

Las personas que deciden hacer daño a los demás siempre son aquellas personas que nunca aprendieron a conectarse con sus sentimientos, con su interior. Es por es ello que viven una vida superficial con máscaras para aparentar y agradar a los demás. Los malvados son incapaces de sentir emociones lindas. No saben lo que es el amor verdadero, no sienten comprensión o empatía. Llevan un vacío en su interior y no pueden soportar a las personas felices. Al arruinar la felicidad, los bienes materiales o amistades y amores de las «buenas personas» se sienten poderosos/as y satisfechos/as.

A los malvados también les pasan desgracias. Lo que pasa es que a ellos no les importa demasiado! Porque alguien incapaz de sentir empatía y comprensión no va a romper en llanto cuando se le muere un familiar, cuando se enferme alguien de su entorno o cuando otra persona le choca el coche o le haga algún tipo de daño. Las malas personas sólo piensan en ellos y sus beneficios. Y para salir con lo suyo, pisan sobre cadáveres. Los malvados – narcicistas y psicópatas – entre otros, viven manipulando a su entorno y si algo malo les pasa no pierden su tiempo preguntándose «por qué me pasó esto?». Ellso no reflexionan sino que arman un plan de crueldad para vengarse! Los malvados tienen sólo dos objetivos en la vida: Obtener el poder y el control sobre los demás. Y para lograrlo, se aprovechan de la bondad de la gente. Malvados siempre buscan personas frágiles, débiles y sensibles ya que estas características definen a personas que no saben salir en su defensa y que – en su gran mayoría – no pueden levantarse contra el abuso o maltrato psicológico.

Las buenas personas sienten las penas ajenas como si fueran sus propias. Sienten mucha compasión y empatía hacía los demás y creen en lo bueno. Las buenas personas sufren porque les cuesta mucho entender que no todos son como ellos, que no todos tienen un corazón tan puro y cálido como ellos. Lo que le pasa a la buena gente es que sienten el dolor de la injusticia como un cuchillo en su corazón. Es por ello, que las buenas personas sufren más.

No hay que dejar de lado el hecho de que todos llegamos con un porpósito a la tierra. O decidimos estar al lado de la luz o de la oscuridad. Y las injusticias que suelen pasar mucho a la gente buena sirven para su crecimiento personal y para cumplir una tarea muy importante: aprender a valorarse a uno misma/o y aprender a no permitir que los malvados se aprovechen de tu bondad! Por otro lado, hay un dicho que dice que dios nos da sólo aquellas experiencias de las cuáles sabe que las podemos aguantar y transformar.

Recuérdate: Dónde hay luz, no hay oscuridad! No dejes de ser buena persona pero sí aprende a valorarte y a poner límites. No todos merercen la «mejor version» de vos! Hay que ser buena persona, pero no tonta/tonto!

 

Mucho amor,

Mai

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